Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA

(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro



Comentario

Capítulo 64
Trata como otro día, de gran mañana, salió el campo del rrey Ahuitzotl de Xiquipilco y Cuahuacan, y otro día llegan a Chiapan y Xilotepec y tran batallaDespués de auer descansado el rrey Ahuitzotl, llama a los prençipales y señores, díxoles: "Yo hago bosotros confiança y os trego estos presos. Guardaldos", [84r] con pena y aperçibimiento que ellos y sus mugeres, hijos morirían por ellos si se les fuesen, hasta boluiesen de Chiapan y Xilotepec. Y ellos se lo prometieron y con esto mandó a los capitanes Cuauhnochtli, Tlacochcalcatl y Tlilancalcatl luego se aperçibiesen y escoxiesen tre los pueblos los más esforçados y balientes para lleuasen la delantera, y que para se conosçer se enbixasen y, teñidas las caras de negro, partiesen con la luna y, hecho esto, abían de yr amanesçer con los de Chiapan primero llegasen a Xilotepec. Llegados, antes de acometerles, proponen los generales muy solenne prática animándolos y esforçándolos, posponiendo todo nengún temor, dándoles esperança de la bitoria contra los enemigos. Adelántanse los de Aculhuacan, tezcucanos, y luego tras ellos los chinanpanecas, Culhuacan, Yztapalapan, Cuitlabaca, Mizquic, luego los tepanecas. Finalmente, unos tras de otros, distintos, apartados, lleuando la delandelantera llos mexicanos, llegan al cu y templo de los dioses de Chiapan y le ponen fuego y dan tanta grita y alarido todos que al rromper del alua ya quedaua todo el pueblo y gentes destruidos los de Chiapa[?]. Dan bozes los de chiapanecas, diziéndoles: "Señores mexicanos, çesen ya la destruiçión y derramamiento de sangre ynoçente, que nosotros nos proferimos daros tributo. Lleuaremos bigas grandes, morillos y todo género de caça de que ay en todos estos montes, pellexos de animales, tigueres quarteados, biuos, y leones poderosos, onças (ocotochtli), cueros de lobos, cuetlachcoyoehuatl, gallos, gallinas monteses, conejos, liebres, benados y, sobre todo, maíz, frisol y michihuauhtli. Todo esto daremos sin eçeder punto". Dixeron los mexicanos: "Sea norabuena. Somos contentos con ese tributo y con que nos abéis de labrar casas a nos los prençipales y el serbiçio a nos fuere posible y para que comamos quando fuéremos en guerras y lleuar nras armas, fardaxe, matalotaxe, cargados". "Y más proponemos, los mexicanos fueren la guerra lastimados o tirados con arcos o heridos, los lleuaremos cargados a Mexico". Dixo Tlailotlac Tlilpotonqui, prenpçipal, a los demás mexicanos prençipales y señores: "Dexá, señor, ya no mueran nenguno de los chiapanecas y suelten los presos antes, y bamos adelante, que los de allá lo pagarán". Fueron contentos y començaron a marchar con priesa para los pueblos de otomies xilotepecas. Y llegados, estauan los de Xilotepec ya puestos y a punto de conbatir, y en llegando y començando todo fue uno. Comiençan la bozería muy grande y conbatirse todo el día y, biendo la destruiçión de los de Xilotepec, dan bozes que çesen ya tantas muertes, ya ellos se dan por basallos de los mexicanos, y esto rreplicaron por dos o tres bezes. Sosegados, rrecogidos los mexicanos, comiençan luego los de Xilotepec a benir cargados con benados hechos barbacoa y liebres y conejos y pájaros en çeçina, mucha cantidad de ellos. Y tras de esto bienen mantas y naguas de muger labradas a las marauillas, llamadas chiconcueytl, y hueipiles, fardos de algodón, pepita, leña y tea, sirben de belas para alunbrarse [84v] de noche, como serbirse dello de candelas de seuo, maíz, frisol, chian, y comiençan a ponerlo todo por su orden y conçierto según costumbre tre ellos antes, y la comida tras de ello, y fruta de tunas blancas y amarillas, rrosas, perfumaderos, y luego trujeron a la postre el cuauhtlananacatl, hongos con que se briagan, montesinos. E luego dixeron los de Xilotepec: "Esto, señores mexicanos, nos proferimos dar sienpre de nro tributo". Fueron de esto contentos los mexicanos y con amonestalles el serbiçio de sus personas, casas y, sobre todo, acabar de soalçar el çerro y templo de su dios Huitzilopochtli. Llegados todos los cuachtin y otomies, tequihuaques, balientes soldados, dan sacomano a las cosas presentadas de mantas, güeipiles, naguas, chile, algodón, y todo lo demás se rrepartió tre ellos. Acabado esto, los demás soldados dan sacomano las casas y rrobaron quanto hallaron en ellas. Tocada la bozina del caracol o concha, çesó el rrobo y se rrecogieron, con amenazas que no querían çesar de rrobar, hasta salieron los generales Tlacateccatl Atlixcatl, Tlacochcalcatl y los demás a hazerles sosegar. Ban luego a dar abiso de todo lo hecho al rrey Ahuitzotl y dezille que a lo que él era benido estaua de todo a punto acabado y destruido, desbaratado y puestos la suxeçión de la corona del ymperio mexicano, con el autoridad y poder del dios Titlacahuan (Somos sus esclauos deste señor) Moyocoyatzin (Señor de su boluntad y querer). Y con esto, alçaron el canpo y buéluense para la çiudad de Tenuchtitlan Mexico. Llegados, un día antes bían mensajeros a Çihuacoatl Tlacaeleltzin, la buena presa hizo el campo mexicano mediante la boluntad del tetzahuitl Huitzilopochtli de sujetar a çinco grandes pueblos y los dos mayores, son siete pueblos, y sobre todo muchos presos abidos las guerras, y muchos soldados nueuos se an tresquilado y cortado el cauello y se an nonbrado quachictim y otros a más, otros subidos en grados y, sobre todo, benir el canpo con los despoxos muy contentos. Y más lo fue Çihuacoatl de oyr las buenas nueuas del primer rrecuentro hizo su sobrino el rrey Ahuitzotl teuctli, y mandó a los cuahuehuetques y saçerdotes de los templos y a los bendedores de la lumbre y sahumadores fuesen al rresçibimiento del campo según que entre ellos es uso y costumbre. Y las largas y prolixas rretóricas, parlamentos, loores, alabanças banas, según atrás queda dho por tres y quatro bezes. Llegados en el rresçibimiento en el lugar llaman Popotlan, que es agora Santisteban, un tiro antes de llegar a Tacuba de buen arcabuz, hizieron el solene rresçibimiento, y desde allí començaron los presos de benir bailando y cantando a su modo y usança, y benían dando bozes y alaridos como que trauan nucuamente a la guerra un canpo contra enemigos. Y llegados los presos, les mandan bayan a hazer rreuerençia al Huitzilopoch, a sus pies, y llegados, se yncan de rrodillas y con un dedo de la mano ban comiendo tierra delante del ydolo de piedra Huitzilopochtli de uno a uno hasta acabar todos. [85r] Acabados todos, ban y rrodean el cuaxicalli, la piedra rredonda de la carniçería umana, y tras esto han al lugar llaman tzompantitlan, dentro del propio çircuito del cu del demonio, a hazer rreberençia y de allí ban a la gran plaça y de allí ban a hazer rreberencia a Çihuacoatl, cabeça y maestro del diablo de Huitzilopochtli, y hablan y ofrésçense a él, que como malos yngratos abían ydo contra Huitzilopochtli y el ymperio mexicano, son llegados a pagar su locura y atreuimiento. Y con esto, les mandaron descansar y darles de comer y beber y luego fueron tregados a los mayordomos los tubiesen en grande guarda y fuesen bien tratados. Hecho esto, ban al rresçibimiento del rrey Ahuitzotl y, conforme a los demás rreyes benidos de las guerras, le rresçibe con las solenidades, comidas, beuidas, flores perfumaderos, y los biexos llamados cuauhhuehuetque y los saçerdotes por lo consiguiente, y le sahuma. Llegados al palaçio rreal, bienen por su orden los barrios de Tenuchtitlan, los biejos a las graçias y el bien de su buena presa. Finalmente, en dos y tres días binieron de todos los pueblos los señores de ellos al cunplimio de su buena benida, que por ser larga prolixidad no se explica cada una cosa de por sí ni de ca pueblo. Acabados todos el saludar, les propone Çihuacoatl Tlacaeleltzin la breuedad con que se se a a de çelebrar la coronaçion del rrey Ahuitzotl, llaman mocxipacaz, el labatorio de sus pies y sacrifiçios de los presos. Y con esto, dándoles priesa, fueron despedidos.